Pata de totovía (Lullula arborea)
Nikon D300+ Tamron 90mm f2.8 (ISO 400, f25; 1/250; -0,1 eV)
Parque Natural de Cornalvo (Badajoz)
Las jornadas de anillamiento te permiten retener a las aves durante unos instantes y disponer de una excelente oportunidad para fijarte en algunos detalles en los que no sueles reparar. El verano pasado, en una salida que tenía como objetivo el seguimiento del paso migratorio del mosquitero papialbo en el Parque Natural de Cornalvo (Badajoz), capturamos una totovía (Lullula arborea), especie que no suele caer mucho en nuestras redes. Aunque he observado esta especie en infinidad de ocasiones, me sorprendió el desmesurado tamaño de la uña de su dedo posterior.
Totovía (Lullula arborea)
Nikon D300+ 600m4 (ISO 200, f7.1; 1/500; -0,33 eV)
Dehesa de Tres Arroyos (Badajoz)
Esta característica la comparte sólo con algunas especies de su misma familia (Alaudidae), como la alondra (Alauda arvensis) o la calandria (Melanocorypha calandra), pero no es un rasgo que se pueda considerar diferenciador y común a todas las aves incluidas en este grupo taxonómico. En otras familias de aves, como la de los bisbitas y lavanderas (Motacillidae), hay varias especies que también exhiben unas distintivas uñas de gran longitud y pronunciadamente arqueadas (desmesuradas en el bisbita de Richard o en el bisbita de Godlewski, dos aves muy raras en la península ibérica).Siempre pensé que estas peculiares uñas tendrían relación con sus hábitos terrestres, ya que tanto los aláudidos como bisbitas y lavanderas son especies muy vinculadas al suelo y con excelentes capacidades para correr o caminar con rapidez. Pero, curiosamente, la mayor parte de las aves corredoras han evolucionado al contrario: disminuyendo el tamaño de la uña y del dedo posterior, que en ocasiones quedan reducidos a la mínima expresión. Este sería el caso del alcaraván, la perdiz roja, la avutarda, el sisón y la mayor parte de los limícolas. La máxima expresión la encontraríamos en las aves que no pueden volar, como la avestruz (rara también en la península ibérica), tan especializada en la carrera que ha desarrollado un enorme y poderoso dedo central (el 3º), mientras que los restantes se han reducido (el 4º) o han desaparecido (el 1º y el 2º).
Pata de avestruz mostrando el hiperdesarrollo del 3º dedo (en la imagen de la izquierda se aprecia también el 4º dedo, vestigial y sin uña)
Para complicarlo más, otras muchas especies que no son corredoras también presentan un dedo posterior diminuto, como ocurre en las anátidas, gaviotas, charranes y canasteras, por ejemplo. En estos casos, el dedo posterior tampoco desempeña ninguna función específica y ha perdido casi toda su funcionalidad. Sin embargo, las anátidas (patos, gansos, cisnes, etc..) han desarrollado membranas entre los dedos delanteros para favorecer la natación, siendo una necesaria adaptación a la vida acuática, donde resulta más interesante nadar que correr.
En fin, que aún no he conseguido encontrarle sentido a la larga uña de la totovía…pero lo que sí está claro es que todo tiene una razón en la naturaleza!
Pata de ánade real con mebranas interdigitales y dedo posterior reducido
La totovía es una curiosa especie también en sus costumbres, ya que es el aláudido que más decididamente se ha atrevido a ocupar hábitats forestales y con cobertura de matorrales. No duda en aprovechar cualquier claro en los bosques, siendo muy abundante por ello en las dehesas, donde el pastizal, el matorral y los árboles presentan un característico equilibrio. Muy al contrario, el resto de los representantes de su familia (alondras, cogujadas, terreras y calandrias) muestran una marcada selección de hábitat hacia terrenos estepáricos, cultivos de secano y zonas con predominio de los pastizales, evitando siempre las zonas arboladas. Sólo habría que hacer una salvedad con la cogujada montesina (Galerida theklae), que también puede ocupar hábitats arbolados o con matorrales.
Cogujada montesina (Galerida theklae)
Nikon D300+ 600m4 (ISO 200, f8; 1/640; -0,33 eV)
Carmonita (Cáceres)
Por esta razón es frecuente que veamos a totovías y cogujadas montesinas posadas en las ramas y copas de árboles, comportamiento que es infrecuente en sus parientes más cercanos. De hecho, incluso el nombre científico de la totovía (Lullula arborea) hace alusión a su vinculación con los hábitats arbolados.¿Pudiera ser que esta larga uña en el dedo posterior les resulte útil a las totovías para posarse y sujetarse con mayor facilidad alas ramas de los árboles? Si alguien le encuentra una explicación, le agradecería que me sacase de dudas!
Totovía (Lullula arborea)
Nikon D300+ 600m4 (ISO 200, f7.1; 1/500; -0,33 eV)
Dehesa de Tres Arroyos (Badajoz), con mejor luz que la anterior