Playa de Punta Caimán, Isla Cristina (Huelva)
Nikon D300 + 600mm (ISO 640; f5; 1/100; +0,33 eV)
Él ya estaba
sentado en una piedra del espigón cuando yo llegué. Éramos las dos únicas
personas que habíamos pisado la playa de Punta Caimán antes de que saliese el
sol y por eso nos saludamos sin conocernos al cruzarnos. Permanecía
quieto y pensativo con su cubo sobre las piernas, esperando a que la marea
bajase, mientras yo caminaba torpemente por el sendero del espigón que ya
empezaba a vislumbrarse con las primeras luces. Sentí que me seguía con su
mirada, seguramente extrañado al verme cargado con el mochilón, el trípode y el
teleobjetivo sobre el hombro, intentando averiguar dónde iría así pertrechado….y
sin caña de pescar. Tardé casi veinte minutos en llegar al otro extremo del espigón, ya que
era obligado caminar despacio porque la marea acababa de retirarse y las
piedras resbalaban peligrosamente. Al volver la vista atrás él ya estaba metido
en el agua buscando almejas, con su cuerpo encorvado y avanzando con pasos muy lentos pero decididos.
Examinaba minuciosamente la arena a través del agua, con sabiduría,
deteniéndose un largo rato observando el fondo hasta que se decidía a
introducir su enorme mano para sacar las almejas una a una, guardándolas
cuidadosamente en un cubo de plástico. Al principio pensé que me espantaría
todas las aves de la playa pero, curiosamente, los zarapitos, las agujas, los
archibebes y los chorlitejos no se inmutaban por su presencia, permaneciendo a
su lado como si se tratase de un pájaro más de la playa.
Yo
permanecía escondido dentro de mi chajurdo intentando pasar desapercibido mientras
él, en medio del agua, tenía todos los
pájaros a su alrededor. Hay ocasiones en que las relaciones entre el hombre y
las demás especies que nos rodean pueden sorprendernos. Las aves debían percibir
que tenían algo en común con el pescador, quizás porque compartían el mismo
hábitat y los mismos recursos, dependiendo de sí mismos para conseguirlos;
ellas con sus picos y él con sus manos. Un estrecho vínculo consolidado por la
costumbre de convivir sin molestarse, haciendo posible que no se sientan amenazadas
por quien siempre suele ser su peor enemigo.
Al
terminar, deshaciendo mi camino, no pude resistirme a fotografiar al viejo pescador
de almejas. Aquella mañana él fue para mi la especie más interesante.
Buenas Nacho, además de mostrarnos una fotografía estupenda a la que el blanco y negro ensalza, la reflexión acerca de la convivencia del hombre y los seres del entorno (en este cado las aves pero, vale para todos los demás), es lo que más me ha gustado, un abrazo
ResponderEliminarMe encanta este tipo de fotografías, donde se combinan el hombre y el medio donde se desenvuelve... y ese blanco y negro que contagia de nostalgia la escena.
ResponderEliminarTambién coincido con el comentario de Juan Pablo, sobre la convivencia armoniosa entre los pájaros y el pescador.
¡Un abrazo y muchas gracias por enlazar la película del geoparque! ¡cuánto honor! ;)
Víctor
Grandiosa foto y no menos el comunicado que a todos nos hace pensar. Saludos.
ResponderEliminarMe encanta la foto y me parece muy acertado el texto. Resulta reconfortante comprobar que es posible esta convivencia tranquila y armoniosa entre las personas y el resto de los animales.
ResponderEliminarTu reflexión lleva a pensar que quizá no todo está perdido.
ResponderEliminarSaludos
Sabes esa mano posada en la rodilla a qué me ha recordado?, la pata de una egretta o de un calamón.
ResponderEliminarQue perfecto cuando el ser humano se integra de esa manera en el paisaje. Ojala fuera siempre así.
Preciosa entrada.
Una reflexión muy acertada, ojala todos fuéramos así.
ResponderEliminarcambiando el tema a la fotografía tomada, es muy buena, el B/N la realza dándole una categoría superior, ... un buen trabajo amigo
Precioso relato. Ayer o antes de ayer vi un reportaje en La 2 sobre las playas de Huelva y las barbaridades que se han cometido que ponía los pelos de punta. Todo lo contrario que la escena que pudiste presenciar; el hombre integrado en la Naturaleza sin tener que esquilmar y destrozar lo que encuentra a su paso.
ResponderEliminarUn abrazo, Atanasio.
Pero has visto las manos del paisano, esta llena de historia, de vida, se puede imaginar que es un pescador retirado y que ha levantado cientos de veces nasas, redes y demás artilugios que le dieron la vida y ahora mata el vicio con las almejitas. Un buen especimen a proteger. Un abrazo.
ResponderEliminarBonita la foto y no menos el texto que la acompaña Atanasio.
ResponderEliminarUn saludo compañero.
Hola Atanasio. Buena foto, el blaco y negro le da aún mas fuerza. Un saludo cordial desde Doña Mencía.
ResponderEliminarHola Nacho, una foto que dice mucho y mas con la historia que la acompaña. Creo que ha sido una buena eleccion el ByN.
ResponderEliminarUn saludo desde Girona
Estás de vuelta Nacho. Lo cuentas muy bien la integración del hombre con su entorno tradicional, del que forma parte como una especie más. Oye, que pedazo de manos. Muy bonito el BN
ResponderEliminarBonitas palabras para el pescador y preciosa serie de las garzas. Saludos de nuevo.
ResponderEliminarHola Atanasio, solo decirte que ESPECTACULAR, un trabajo bien hecho. Un saludo.
ResponderEliminarCompleto..............aves y etnografia, es que le das a todo......bien!
ResponderEliminarSaludos camperos.
Preciosaaaaaaaa!!!!!!
ResponderEliminarGali
http://laquimicafunciona.blogspot.com
Desde luego la mejor manera de llevarse bien con la madre natura, es sin ninguna duda, vivir completamente integrado en ella.
ResponderEliminar¡Hola Atanasio!
ResponderEliminarCreo que es una fotografía con mucha fuerza y que expresa mucho de la naturaleza humana, basta con ver esas manos tan curtidas...
Un saludo.
Tu entrada me ha parecido una de las más conmovedoras que has escrito. Me ha encantado. También quería darte gracias por tu comentario, y por disipar mis dudas. ¡Qué emoción ver a un migrador que es escasito en España, en la puerta de mi casa! Aunque me parece que han estado aquí sólo el fin de semana... porque no los he vuelto a ver ni a escuchar; domingueros...
ResponderEliminarEn fin, que muchas gracias por pasarte por allí; es todo un placer, y un honor, saberme visitada por ti :)
Un abrazo!!
La foto es buenísima, pero el texto...
ResponderEliminarMe encanta leerte
Un fuerte abrazo
Muy buena foto y relato. La entrada anterior también es impresionante.
ResponderEliminarNos hacemos seguidores, ya que aunque te visitamos frecuentemente no te teníamos.
Saludos salmantinos.
Preciosa e sentida postagem... a imagem é magnífica e muito expressiva.
ResponderEliminarBeijo carinhoso.
...this photo is beautiful...so contemplative.
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