La ZEPA "Azud de Badajoz", que coincide en gran parte con el tramo urbano del río Guadiana a su paso por Badajoz, acoge una importante población de garcilla cangrejera (Ardeola ralloides). Además de las parejas reproductoras que nidifican junto a decenas de garcillas bueyeras, garcetas comunes, espátulas y moritos en una de las islas del río, también son importantes los efectivos invernantes y en paso migratorio. Posiblemente sea uno de los lugares de Extremadura donde más fácil resulta observar esta especie en cualquier época del año. Basta con recorrer los caminos que jalonan su márgenes y en algún momento nos encontraremos con ellas. Muestran una especial querencia a alimentarse sobre las grandes superficies de nenúfar mexicano (Nymphaea mexicana) que cubren algunos tramos del río, caminando sobre sus hojas y capturando sus presas entre la maraña de tallos y hojas, principalmente peces, cangrejos e insectos. Aunque me imaginaba que las libélulas formaban parte de su dieta, nunca había tenido la suerte de ver cómo lo hacían. Y su técnica es mu sencilla: les basta con fijar la mirada sobre su presa, permanecer completamente inmóviles y lanzar un certero picotazo para capturarlas en pleno vuelo. Otras veces parecen perseguirlas y corren tras ellas sobre los nenúfares, pero sin éxito. Este ejemplar capturó 3 libélulas en menos de 40 minutos.
miércoles, 30 de septiembre de 2015
La garcilla libelulera
La ZEPA "Azud de Badajoz", que coincide en gran parte con el tramo urbano del río Guadiana a su paso por Badajoz, acoge una importante población de garcilla cangrejera (Ardeola ralloides). Además de las parejas reproductoras que nidifican junto a decenas de garcillas bueyeras, garcetas comunes, espátulas y moritos en una de las islas del río, también son importantes los efectivos invernantes y en paso migratorio. Posiblemente sea uno de los lugares de Extremadura donde más fácil resulta observar esta especie en cualquier época del año. Basta con recorrer los caminos que jalonan su márgenes y en algún momento nos encontraremos con ellas. Muestran una especial querencia a alimentarse sobre las grandes superficies de nenúfar mexicano (Nymphaea mexicana) que cubren algunos tramos del río, caminando sobre sus hojas y capturando sus presas entre la maraña de tallos y hojas, principalmente peces, cangrejos e insectos. Aunque me imaginaba que las libélulas formaban parte de su dieta, nunca había tenido la suerte de ver cómo lo hacían. Y su técnica es mu sencilla: les basta con fijar la mirada sobre su presa, permanecer completamente inmóviles y lanzar un certero picotazo para capturarlas en pleno vuelo. Otras veces parecen perseguirlas y corren tras ellas sobre los nenúfares, pero sin éxito. Este ejemplar capturó 3 libélulas en menos de 40 minutos.
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