Nikon D7100+ 600mm f4 (ISO 800; 1/1000s; f5,6; -0,33 eV), prioridad al diafragma y medición puntual. En el Castillo de Monfragüe (29 de diciembre de 2013).
.
La vegetación mediterránea, especialmente las formaciones boscosas, constituyen una auténtica despensa de alimento para muchas especies durante los meses de otoño e invierno, llegando a producir hasta 50 frutos/m2. Entre ellas destacan plantas muy atractivas para las aves como madroños, durillos, agracejos, olivillas, lentiscos, cornicabras, mostajos, serbales o majuelos, cuyos frutos representan una parte muy importante de la dieta de muchas especies y que son imprescindibles para su supervivencia.
La vegetación mediterránea, especialmente las formaciones boscosas, constituyen una auténtica despensa de alimento para muchas especies durante los meses de otoño e invierno, llegando a producir hasta 50 frutos/m2. Entre ellas destacan plantas muy atractivas para las aves como madroños, durillos, agracejos, olivillas, lentiscos, cornicabras, mostajos, serbales o majuelos, cuyos frutos representan una parte muy importante de la dieta de muchas especies y que son imprescindibles para su supervivencia.
Del mismo modo, estas plantas necesitan a las aves para asegurar su dispersión y poder colonizar nuevos lugares con su ayuda. Las aves seleccionan para alimentarse preferentemente hábitats que conservan un denso matorral bajo acompañante, habiéndose demostrado que en ellos es mucho mayor la efectividad de la dispersión de semillas. Sin embargo, la gestión de las dehesas y de los bosques mediterráneos se basa en gran medida en la eliminación sistemática de las especies de matorral y arbustivas, anulando su valiosa funcionalidad y capacidad para regenerar la vegetación.
Cuando pensamos en las aves que contribuyen a la dispersión de las semillas de árboles y arbustos siempre la asociamos a pequeños pájaros de dieta frugívora, como currucas, zorzales, mirlos, petirrojos, pinzones, herrerillos, carboneros, picogordos, etc. Por eso me resulta especialmente llamativa esta imagen, en la que un buitre leonado también aporta su granito de arena colaborando a dispersar semillas, transportando una enorme rama de acebuche cargada de frutos, que a buen seguro terminarán cayendo en el entorno de su nido.
Ahora que su período reproductor ha comenzado, es frecuente ver a los buitres leonados del Salto del Gitano aportando ramas nuevas a sus austeras plataformas de nidificación, que previamente arrancan de los árboles y matorrales que tapizan las laderas de las sierras de Monfragüe.
Nikon D7100 +600mm f4 (ISO 280; 1/1000s; f7.1; -0,33 eV), Parque Nacional de Monfragüe
Muy interesante. En efecto, siempre asociamos la dispersión de semillas con la ingesta de frutos, pero el transporte de ramas a los nidos es también un elemento a tener en cuenta.
ResponderEliminarSaludos
Los buitres leonados suelen tener plataformas poco voluminosas, pero renuevan el lecho con ramas nuevas. Y la verdad es que es espectacular verlos arrancar las ramas de los acebuches, las cornicabras o los alcornoques tirando con el pico y las garras! Todas estas otras aves que transportan ramas ponen también su granito de arena! Un saludo!
EliminarGracias Atanasio, yo no me había parado nunca en pensar en esta clase de dispersión de semillas. muy guapas las fotos.
ResponderEliminarUn saludo
Gracias Antonio! Un saludo!
Eliminar