jueves, 29 de marzo de 2012

Rompiendo la calma


Garza real (Ardea cinerea) pescando
Nikon D300 + 600mm f4 (ISO 200; 1/1000; f8; -0,33eV)

lunes, 26 de marzo de 2012

Cuando el ave fénix voló sobre las aguas del Tajo




Orillas del río Tajo desde el Salto del Gitano 
Nikon D300 + 600mm f4 (ISO; 1/640; f4; 0-33 eV) 
Noviembre de 2007

Aquel año las aguas del Embalse de Alcántara descendieron tanto que el río Tajo cambó su aspecto por completo, dejando tras de sí áridas y desnudas orillas, aquellas que en otros tiempos estaban cubiertas de una densa vegetación que abrazaba sus riberas. Sintió el Tajo que sus aguas volvían de nuevo a su estrecho cauce, ahora colmatado por los limos que nunca llegaron a su destino. Y en los limos del atardecer intentó renacer el ave fénix, con su dorado plumaje incandescente, soñando con recuperar la libertad que sus aguas siempre tuvieron, antes de que los muros de hormigón estancaran su corriente y silenciaran el rumor de sus torrentes. No voló el ave fénix más allá del anochecer; la puesta de sol terminó una vez más con su dorado sueño.


 Orillas del río Tajo desde el Salto del Gitano 
Nikon D300 + 600mm f4 (ISO; 1/200; f4; 0-33 eV) 
Noviembre de 2007


viernes, 16 de marzo de 2012

La Fuente de la Quimera



 Fuente de la Quimera
Nikon D300 + Sigma 10-20mm (ISO 200; 1/250; f8; -0,33 eV)

La Fuente de la Quimera se encuentra en el corazón del Parque Nacional de Monfragüe, entre el Puente del Cardenal y la Fuente del Francés, a orillas del rio Tajo.  Resulta tan insignificante en la grandiosidad de las umbrías que la cobijan, que has de pasar justo a su lado para reparar en ella. Las pizarras con las que fue construida logran que pase desapercibida en el entrono y parece emerger de las entrañas rocosas que hay tras ella. La fuente sólo es visible en aquellos períodos en los que el nivel de río está bajo, quedando en otros completamente cubierta por las aguas del embalse.

Además de su curiosa arquitectura, en la que destaca su perfecta cúpula similar a la de los ancestrales chozos vettonicos, me resultó especialmente llamativo que su nombre evocase a las quimeras. Ello me llevó a intentar buscar una posible relación entre las acepciones de la palabra quimera y esta preciosa fuente.
 
  Fuente de la Quimera
Nikon D300 + Sigma 10-20mm (ISO 200; 1/200; f7.1; -0,33 eV)

Quimera, en la mitología griega, era un terrible monstruo con cuerpo de cabra, cuartos traseros de dragón y cola de serpiente. Su cabeza era de león, pero también tenía en el lomo una segunda cabeza de macho cabrío. Otra de sus cualidades era que vomitaba fuego por sus cabezas y por la parte trasera de su cuerpo, además de ser un animal sumamente ágil y rápido en sus ataques. Quimera asolaba los campos, aterrorizando a los pastores y devorando sin piedad sus rebaños de ganado. 


 Representaciones de Quimera
 
No existen citas o referencias que confirmen que semejante bestia habitase en las umbrías de Monfragüe en tiempos mitológicos (ni tampoco en los censos más recientes), pero su costumbre de alimentarse del ganado quizás fuese la razón para honrar a la fuente con esa denominación, siendo estas tierras desde antiguo una encrucijada de cañadas trashumantes y la ganadería uno de los principales modos de vida. O quizás, la notable vocación de estas fragosas sierras como cobijo de bandoleros y salteadores de caminos (como “El Cabrerín” o “La Serrana”) hayan hecho que permanezca arraigado en el imaginario popular el temor al encuentro con seres espeluznantes, especialmente de aquellos que vivían o transitaban por estos apartados riberos del Tajo.

  Fuente de la Quimera
Nikon D300 + Sigma 10-20mm (ISO 200; 1/320; f9; -0,33 eV)

Por suerte, otro héroe mitológico llamado Belerofonte consiguió matar a Quimera con la ayuda de Pegaso, su caballo alado, introduciendo en sus fauces una lanza con la punta de plomo. Quimera, al defenderse vomitando fuego contra Belerofonte derritió el plomo de la lanza, que abrasó letalmente sus entrañas.

Belerofonte, a lomos de Pegaso, luchando contra Quimera

Dejando a un lado las elucubraciones mitológicas, las quimeras son también aquellas ilusiones o fantasías que nos obsesionamos en creer como posibles pero que en realidad no lo son. ¿Quién no ha soñado con sus propias quimeras? Esta acepción también podría estar relacionada con la denominación de la fuente.  Aquellos que siglos atrás se detuvieron a beber en sus frescas aguas debieron contemplar desde este enclave un escenario natural sobrecogedor, donde el río Tajo aún corría libre y encajonado entre portentosas sierras tapizadas por una vegetación mediterránea exuberante, quizás el más bello paisaje que sus ojos jamás habían visto.  Este lugar debía provocar auténticas ensoñaciones y a buen seguro la fantasía se desbordaba queriendo adivinar las grandezas que podrían esconderse aguas abajo, hacia tierras lusitanas, o quizás más allá, al llegar a ese mar donde se decía que moría el Tajo y que era la puerta hacia las Américas. O puede que la imaginación se excediera presintiendo todo aquello que podría deparar el camino si se continuaba avanzando hacia el nacimiento de este serpenteante río, quizás rebasando las enigmáticas montañas de Gredos o adentrándose en tierras castellanas, cargadas de historia y de la esperanza de encontrar grandes urbes y riquezas.

 
 Fuente de la Quimera (detalle de la cúpula)
Nikon D300 + Sigma 10-20mm (ISO 200; 1/200; f7.1; -0,33 eV)

Pero, muy a mi pesar, seguro que ni la mitología ni los sueños imposibles tenían que ver con el nombre de fuente. Hay una acepción más de la palabra quimera que recoge la Real Academia Española, con el significado de “riña, pelea o pendencia”, si bien ya está desuso en nuestro lenguaje y a penas se utiliza.  No obstante, he encontrado bastantes referencias en textos antiguos en los que se hacía referencia a las quimeras como situaciones en las que se producían peleas y disputas. La más curiosa de ellas figuraba en una narración sobre las costumbres de los jóvenes de la comarca de Las Hurdes, que contaba que cuando los mozos acudían a las fiestas de los pueblos y alquerías vecinas iban armados con cayados o garrotes (también llamados “cacheras”, “verdiones”, “verdolagus” o “estaonchus”), que les servían para defenderse en las muchas quimeras que se preparaban en tales días (¡esas quimeras deberían ser verdaderas broncas a palos entre ellos!). 

También he encontrado un fragmento de un precioso poema en castúo de José María Gabriel y Galán (“El desafío”), donde emplea esta palabra con dicho significado (“ajuyir de quimeras”: huir o evitar las peleas).

El Desafío (Gabriel y Galán)
…“Si alguno tiene asaúras y halbeliá más que lengua,
jala p'alanti ahora mesmo, que, al que de mi se grojea
sé yo jaceli una raya pa embajo de alguna teta.
Sos tengo bien alvertío, por ajuyir de quimeras,
que cuando yo jechí rondas a la vera de esta reja
calli la boca quien pasi pa que le salga la cuenta
y jaga que no ma visto, y andi agúo y no se güelva,
que esta calli es pa mi solo dendi que Dios anocheza.”…..

….“Si alguno tiene entrañas y habilidad más que lengua,
que se eche para adelante ahora mismo, que, aquel que de mi se burla
le puedo clavar la navaja por debajo de una teta.
Os lo he dicho varias veces, para evitar disputas,
que cuando yo este de ronda, debajo de esta reja
que calle la boca, quien pase, para no tener problemas
o haga que no me ha visto, que se haga el loco, y no se vuelva,
que esta calle es para mi solo, desde que por dios anochezca.”…


Aunque me gustaba más fantasear con los dos primeros significados de la palabra quimera, casi se podría asegurar que el nombre de esta fuente realmente tiene que ver con antiguas historias de riñas, peleas o disputas que alguna vez sucedieron en este lugar y que tuvieron la relevancia suficiente como para quedar unidas para siempre a la toponimia de Monfragüe. Quizás algún día alguien nos las desvele!

 
La Fuente de la Quimera se ecuentra en las cercanías del Puente del Cardenal, en la margen izquierda del río Tajo  
Nikon D300 + Sigma 10-20mm (ISO 200; 1/400; f10; -0,33 eV)

jueves, 8 de marzo de 2012

Blanco sobre negro


 Nikon D300+600mm f4 (ISO 200; 1/2000; F5.6; -0,33 eV)
Azud del río Guadiana (Badajoz)

Mientras trasladaba las imágenes de los discos duros a una "nube doméstica", me encontré con esta escena a contraluz y me animé a procesarla en blanco y negro.