miércoles, 30 de marzo de 2011

"La Marquesa" in memoriam

 Vista panorámica de la encina "La Marquesa"


La encina de “La Marquesa” fue uno de los primeros árboles en ser declarado como “Árbol Singular” en Extremadura, incorporándose en el año 2001 a la Red de Espacios Naturales Protegidos de la región. Su edad se estimaba en 800 años, una ancianidad que resultaba evidente al contemplar las extraordinarias dimensiones de su tronco y ramas. En 1997, según los datos aportados por Diosdado Simón (pionero en despertar el interés por conservar estos árboles en Extremadura) “La Marquesa” alcanzaba una altura de 22 m y un perímetro en la base de 5,65 m, destacando especialmente por su inmensa y simétrica copa, cuya proyección sobre el suelo ocupaba más de 660 m2.


  Vista panorámica de la encina "La Marquesa"

La semana pasada fui a visitar “La Marquesa”, después de que hubieran pasado 14 años desde la primera y última vez que pude contemplar a esta grandiosa encina con vida. Entonces ya mostraba síntomas de debilitamiento y comenzaba a ser notorio que estaba perdiendo el vigor de antaño. Como ya auguraba Alberto Gil en el libro “Árboles Singulares de Extremadura” (2004), la acción conjunta de varios factores habrían de conducir a su irremediable empeoramiento, entre los que se encontraban la compactación del suelo, la pérdida de gran parte de su sistema radicular (que se evidenciaba en la drástica pérdida de la cobertura foliar), la hendidura de un rayo que le atravesó desde la copa hasta la base, el ataque de diversos hongos e insectos xilófagos (cerambícidos) y posibles cambios del nivel freático ocurridos en el entorno. Con seguridad, los años en los que la dehesa donde se encontraba “La Marquesa” era labrada para cultivar cereales tampoco debieron favorecer mucho la salud de este árbol.

 Panel informativo sobre en Arbol Singular Encina "La Marquesa"

 Perspectiva desde la que se aprecia la altura del árbol respecto de los que le rodean


En varias ocasiones he escuchado decir a aquellos que entienden, que los árboles de tan avanzada edad deben tratarse con cuidados geriátricos, realizando con absoluto mimo cualquier intervención sobre ellos, curando o previniendo cualquier enfermedad o riesgo que pudiera influir en su salud. La capacidad de respuesta ante cualquier alteración se reduce con los años y mucho más con los siglos….y resulta evidente que ellos ya vivieron su plenitud muchas décadas atrás. Ahora, aunque sus dimensiones nos sigan pareciendo impresionantes y sinónimas de fortaleza, son en realidad seres débiles, frágiles y plagados de achaques, cuyo estado de salud debe ser revisado periódicamente por especialistas. En la mayoría de los casos las precauciones necesarias no se aplicaron a tiempo, habiendo sufrido podas sin escrúpulos, sometidos a descorches o “saneados” mediante malas prácticas que provocaban mayores daños de los que se pretendían remediar.

 Una de las ramas caídas, prácticamente con el mismo tamaño que las encinas del fondo 

Enorme rama desgajada 

 Detalle de la fractura de las dos grandes ramas fracturadas

Su debilidad llega a ser tan extrema, que en algunos casos lo más conveniente es limitar o impedir el acceso de las personas y animales en su entorno, reduciendo el pisoteo bajo su copa para evitar la compactación del suelo, ya que sus débiles raíces a veces sólo son funcionales en los primeros centímetros de suelo. Al contrario de lo que haríamos con nuestra anciana bisabuela, algunas personas que acuden a visitar estos árboles parecen obsesionados por encaramarse y trepar por sus maltrechas ramas, contribuyendo con este absurdo comportamiento a acortar su vida.

  Distintas imágenes de la corteza de "La Marquesa"

Para apreciar la grandeza de estos árboles, bastaría con establecer referencias de su edad con hechos históricos que nos resulten lejanos en la memoria. Por ejemplo, en aquellos tiempos en los que aún desconocíamos la existencia del continente americano, “La Marquesa” ya rondaba los 300 años de edad y, a buen seguro, comenzaba a destacar sobre el resto de las encinas de la dehesa. Cuando apenas era poco más que un modesto chaparro, aún vivían personajes históricos como Marco Polo, Alfonso X el Sabio, Gengis Kahn, Dante Alighieri, San Francisco de Asís  o Santo Tomás de Aquino. Cuántas vidas han vivido sus ramas!

Detalle del tronco
 
 Sombras del árbol sobre una de las ramas caídas

Volver a ver “La Marquesa”, aún siendo consciente de lo que iba a encontrarme, me provocó un profundo desánimo. Cuando contemplas su tronco muerto y desvencijado, como un esqueleto inerte, algo te obliga instintivamente a buscar entre tus recuerdos las imágenes de su grandioso pasado, cuando su inmensa copa se alzaba sobre todos los árboles de la dehesa.






Imágenes de las ramas secas de la copa viradas a blanco y negro y con diferentes procesados 

Me parece un triste final dejar que este gigante termine tronzado para leña o simplemente comido por los hongos y los insectos. Deberíamos hacer un esfuerzo de imaginación y lograr que lo que aún queda de "La Marquesa" pueda seguir siendo motivo de interés, quizás convirtiéndola en una obra de arte por la inspiración de un artista y lograr que tantos años de supervivencia no queden en el olvido. Se aceptan ideas!

 Encina "La Marquesa"

Ese día tenía que dar una charla a los alumnos de último ciclo del Centro de Formación del Medio Rural, en Navalmoral de la Mata (Cáceres), enclavado en una preciosa finca pública donde precisamente se encuentra “La Marquesa”. Al llegar a la entrada del Centro me encontré a una joven alumna en un cruce de caminos:


- Hola, buenos días, ¿me puedes decir por dónde tiro para llegar a la encina “La Marquesa”?
- ¿La Marquesaaa….? ¿me preguntas por “la encina gorda”?

No pude evitar sonreírme, ya que me sorprendió el nombre simple y a la vez descriptivo que se utilizaba en la comarca para llamar a este árbol y, también, por la naturalidad con que ella lo dijo, como si conociese la encina de toda la vida.  

- Si, esa, la encina gorda, respondí.
-¿De verdad que la quieres ver? !!!Pero si está “arrumbá”!!!!, exclamó extrañada.

Volví a reírme, esta vez por la expresión, aunque en realidad ella ya me estaba anticipando perfectamente lo que me iba a encontrar minutos después….


 
Imagen antigua de "La Marquesa", cuando aún conservaba toda su vitalidad

 En los años 90 comienzan a ser más apreciables los síntomas de debilitamiento, que se agravaron en los años siguientes (imagen cedida por Alberto Gil)

Curiosa imagen de "La Marquesa" en su últimos días, con todas su hojas marchitas y rojas (Jesús Heredia Luque, 2005)
Homenaje a "La Marquesa" (Talayuela TV)


Sobre las imágenes: Nikon D300 + Tamron 17-50mm f2.8 (las dos primeras son panorámicas de 3 imágenes unidas con Photomerge; hay varias procesadas con Nik Silver Efex Pro 2 en blanco y negro). Todas fueron tomadas entre las 11:30  y las 12:05 del día 24 de marzo de 2011. 

martes, 15 de marzo de 2011

Avutardas al atardecer


Nikon D300 + 600mm f4 (ISO 200; 1/125; f8; -0,65 eV)
ZEPA-LIC "La Serena y Sierras Periféricas" 
Mayo de 2009


Hace ya casi dos años que no piso los pastizales de La Serena……y me parece tanto tiempo que tengo la sensación de que mis recuerdos se están virando al blanco y negro. O al menos difuminánsose entre tonos sepia. Esta imagen fue de las últimas que conseguí en una inolvidable jornada en los chajurdos de ANSER en La Serena, justo cuando estaba a punto de de caer el sol, aunque brillando aún con la suficiente intensidad como para crear contraluces. Cuando ya no los esperaba, aparecieron estos machos de avutarda asomando tras una ladera, exhibiéndose majestuosos pese a que ya no había hembras a las que cortejar en aquellas avanzadas fechas del mes de mayo. Los pastizales, mucho más altos que a comienzos de la primavera, comenzaban ya agostarse y ofrecían un paisaje muy singular, perfecto para fotogafiar a estas aves.


 
Nikon D300 + 600mm f4 (ISO 200; 1/125; f8; -0,65 eV)
ZEPA-LIC "La Serena y Sierras Periféricas" 
Mayo de 2009
Con todo mi agradecimeinto a Manolo Calderón, por permitirme disfrutar de uno de mi mejores momentos de intimidad con las aves de La Serena.