Nikon D300 + Tamron 90mm 2.8 (ISO 500; 1/320; f20; -0,3 eV; prioridad apertura)
Hace unas semanas tuve la suerte de encontrarme con esta pareja de mariposas de la mostaza (Pontia daplidice), a las que pude fotografiar en varias ocasiones tras seguir sus erráticos vuelos por el pastizal de una dehesa. Para poder hacer varias imágenes aceptables dediqué más de media hora a perseguirlas, hasta que se posaban de nuevo. A continuación, tocaba pelear con el viento, uno de los principales enemigos de la fotografía cuando utilizas un objetivo macro. Siempre buscas ese momento en el que la mariposa se mantiene en un solo plano para conseguir que aparezca totalmente enfocada, algo que resulta más complicado cuando se trata de incluir dos ejemplares en la composición. El viento hace que sus delicadas alas se muevan o que se giren, comprometiendo en muchos casos el resultado final. Otro de los inconvenientes más frecuentes cuando usas el macro son los fondos, especialmente cuando se trata de insectos que se mueven a ras de suelo y hay un pastizal muy desarrollado en altura y cobertura, que “ensucia” las imágenes y les resta protagonismo. A veces hay que tirarse literalmente cuerpo a tierra para meter el cielo en la composición o alejarte en lo posible de la vegetación del fondo.
Nikon D300 + Tamron 90mm 2.8 (ISO 500; 1/320; f20; -0,3 eV; prioridad apertura)
Pero la persecución, además de ser divertida y de poner a prueba tu paciencia y habilidades, tiene la ventaja de que te permite la posibilidad de fotografiar a las mariposas en diferentes situaciones de luz, fondo y posaderos, un recurso que siempre se agradece. En este caso, se posaron en el tallo de una flor, después en un chaparro de encina, en un lirio, en una viborera….y así hasta que las perdí de vista.
Nikon D300 + Tamron 90mm 2.8 (ISO 500; 1/400; f20; -0,3 eV; prioridad apertura) Sobre una viborera (Echium plantagineum)
Nikon D300 + Tamron 90mm 2.8 (ISO 500; 1/250; f29; -0,3 eV; prioridad apertura) Detalle de la cabeza, posada sobre una hoja de encina
Aguantaste media hora detrás de estas mariposas?
ResponderEliminarEn ese rato a mi me da tiempo a distraerme hasta con la sombra en movimiento de una hoja de chopo mecida por la brisa.
Buena paciencia la tuya.
Un saludo.
Entiendo muy bien el relato del juego que cuentas acerca de la persecución las mariposas. Para mi es un tiempo fascinante. Son momentos en los que el embeleso y la concentración se unen para no dejar un resquicio a ninguna otra sensación.¡Me gusta mucho!
ResponderEliminarPor otro lado, magníficas tomas de estas bellas Pontias de ojos verdes. Saludos
Hola Nacho. Tu paciencia y ese ojo que todo lo ve han obtenido premio.
ResponderEliminarSigue asombrándonos maestro.
Te costo lo tullo pero merecio la pena
ResponderEliminarLo divertido y las risas al perseguirlas, emoción de enfocarlas, la ilusión por llegar a casa y verlas, identificarlas. Si cobraran entrada por fotografiar mariposas, pagaría...Y ya si es en la dehesa
ResponderEliminarUna preciosa Ultetheria pulchella es la última que se ha dejado, a ver si la pereza me da tregua y pudiera enseñarla.
Me gusta especialmente la primera foto con ese fondo verde limpio.
Saludos.
Mi gozo en un pozo Atanasio, viendo tus bichos se me quitan las ganas de intentarlo. Me gusta especialmente la composición y fondo de la primera. Son una maravilla. De mayor yo quiero hacer estos macros.
ResponderEliminar¡¡Eso es lo que tienes que hacer, sí señor!! Porque yo no voy a perseguir una mariposa más allá de unos minutos.
ResponderEliminarA partir de ahora cuando vea un bicho volando y no pueda fotografiarlo en condiciones (es decir, casi siempre) volveré a casa, me conectaré al Chajurdo y... voilá!! Allí estará.
Calidad suprema.
Buenas fotos!
"Desde luego estas mariposas se han hecho las páginas 23,24 y 25 del Camasuese del que habla la gente"... ;-)
ResponderEliminarLuego te quejas que si la hierba, la zapata del trípode y el plano... anda qué... Te han quedado genial. Enhorabuena.
Unos macros fantástico,te felicito,un saludo.
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