Esta imagen tiene mucho de irreal, aunque puede que en algún momento de la historia la panorámica que podía contemplarse desde el castillo de Monfragüe era parecida a este paisaje....quizás varios siglos atrás. Mediante herramientas digitales he “manejado” artificialmente algunos elementos del hábitat de Monfragüe: han desaparecido las líneas de alta tensión, los cortijos, las carreteras, el embalse de río Tajo, algunos pueblos en el horizonte, los olivares modernos, las escalinatas, la barandilla y la carretera asfaltada de acceso al castillo.... y de paso he restaurado el bosque mediterráneo en la ladera de solana de la sierra, dándole mas densidad y cobertura. Cualquiera que retenga en su memoria el recuerdo de este maravilloso escenario natural percibirá sin dificultad las diferencias con la realidad.
Me ha resultado relativamente fácil eliminar los elementos que el hombre ha introducido recientemente, como los tendidos eléctricos, las carreteras o las construcciones pero, paradójicamente, es casi imposible volver a transformar digitalmente algunos elementos del hábitat, como las dehesas, fruto de cientos de años de constante manejo y que ya forman parte de la esencia del paisaje. Sentado allí arriba sientes una profunda admiración por el paisaje que te rodea y, casi sin querer, la imaginación te hacer pensar en cómo sería ese mimo lugar si retrocediésemos en el tiempo, por ejemplo al momento en el que los árabes construyeron allí el castillo o, echándole más imaginación, cuando vivían allí los primeros pobladores que dejaron sus pinturas en las cuevas de cuarcita. Fantaseando con las inmensas extensiones intocadas de bosque mediterráneo que cubrirían las sierras y las llanuras hasta donde alcanzase la vista..... o con el río Tajo corriendo libre y salvaje entre densos y fragosos riberos, puedes conseguir que contemplar un paisaje te lleve mucho más allá de lo que tus ojos te muestran. Y, por un momento, te invade la gratificante sensación de que siglos atrás otros sintieron la misma admiración ante el mismo escenario natural.
(No he sido capaz de reconstruir digitalmente el lienzo y las almenas que le faltan al castillo, pero si alguien se atreve a intentarlo tiene todo el permiso.... y también todo el mérito!)
Me ha resultado relativamente fácil eliminar los elementos que el hombre ha introducido recientemente, como los tendidos eléctricos, las carreteras o las construcciones pero, paradójicamente, es casi imposible volver a transformar digitalmente algunos elementos del hábitat, como las dehesas, fruto de cientos de años de constante manejo y que ya forman parte de la esencia del paisaje. Sentado allí arriba sientes una profunda admiración por el paisaje que te rodea y, casi sin querer, la imaginación te hacer pensar en cómo sería ese mimo lugar si retrocediésemos en el tiempo, por ejemplo al momento en el que los árabes construyeron allí el castillo o, echándole más imaginación, cuando vivían allí los primeros pobladores que dejaron sus pinturas en las cuevas de cuarcita. Fantaseando con las inmensas extensiones intocadas de bosque mediterráneo que cubrirían las sierras y las llanuras hasta donde alcanzase la vista..... o con el río Tajo corriendo libre y salvaje entre densos y fragosos riberos, puedes conseguir que contemplar un paisaje te lleve mucho más allá de lo que tus ojos te muestran. Y, por un momento, te invade la gratificante sensación de que siglos atrás otros sintieron la misma admiración ante el mismo escenario natural.
(No he sido capaz de reconstruir digitalmente el lienzo y las almenas que le faltan al castillo, pero si alguien se atreve a intentarlo tiene todo el permiso.... y también todo el mérito!)
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