Buscando un fondo para el buitrón

 Nikon D300 + 600mm f4
ISO 200; f4; 1/250; 0 eV; 

Santa Amalia (Badajoz)

El buitrón (Cistícola juncidis) es una especie que suele ser fácil de fotografiar en los extensos regadíos de las Vegas Altas del Guadiana. Aunque habitualmente se asocia su presencia a zonas estepáricas, pastizales o  cereales de secano, también encuentran un hábitat adecuado para nidificar en los junquerales y herbazales que se desarrollan gracias a la humedad que se filtra de los canales y acequias o de los propios cultivos de regadío. Pero invierno sus poblaciones son aún más notables en este hábitat, y en un paisaje donde los arrozales y los maizales ya han sido cosechados, ocupan preferentemente la vegetación de las cunetas de los caminos, lindes de parcelas y bordes de acequias, donde predominan las eneas, diversas especies de juncáceas y ocasionalmente algunos sauces o mimbreras.

Familiarizados con el tránsito de vehículos por las pistas de los regadíos, los buitrones no recelan cuando te detienes con el coche a escasa distancia de ellos, permaneciendo en ocasiones asombrosamente cerca, lo suficiente como para conseguir primeros planos incluso con focales por debajo de 400mm. A la hora de fotografiarlos, el problema no sólo radica en que son aves de comportamiento inquieto y siempre cuesta mantenerlos a foco, es que además suelen esconderse mucho entre la vegetación, dificultando la posibilidad de conseguir una imagen “limpia” y evitar que un fondo excesivamente enmarañado se “coma” al pájaro. Pero en ocasiones, la curiosidad (supongo) les hace salir de la vegetación y permanecen unos segundos en un posadero elevado donde es posible fotografiarlos con fondos más limpios y uniformes, donde destaca el pájaro sobre cualquier otro elemento de la composición.

 Nikon D300 + 600mm f4
ISO 200; f4; 1/250; -0,33 eV; sin flash

Valdehornillos (Badajoz)

En estas dos imágenes se puede comparar el resultado que se obtiene en ambas situaciones. Aunque por lo general me gustan más las imágenes limpias, también reconozco que es tremendamente divertido intentar fotografiarlos cuando se mueven entre la vegetación, mientras observas como capturan con vuelos acrobáticos sus presas.