Tuve la ocasión de observar un curioso fenómeno en relación con las mareas y los cambios que provocan en su uso del hábitat de algunas aves, concretamente de los paseriformes. En la desembocadura del Río Piedras (Huelva) existe una extensa zona de marismas que están plenamente sometidas a los flujos mareales. Estos días en los que tenemos luna llena, las mareas son aún más llamativas, de tal modo que al amanecer las marismas se encuentran casi sin agua, siendo visible toda la vegetación, dominada por la Salicornia (Salicornia ranmosissima), aunque también están presentes otras muchas especies de gran interés, cuya distribución está en función de su tolerancia a la salinidad, como Spartina, Juncus, Suaeda, Limonastrium, etc. Con la marea baja, además de la vegetación aparecen grandes superficies de limos y barros, siendo el hábitat ideal para las aves limícolas, que acuden en este momento a alimentarse.
Al atardecer, todo cambia radicalmente y la entrada de agua a la marisma con la marea alta, provoca que prácticamente toda la vegetación quede cubierta por el agua, cambiando radicalmente el hábitat, ya que el nivel del agua llega a subir más de dos metros.
Con la marea alta los paseriformes ven radicalmente reducido su hábitat, que ahora permanece inundado, por lo que tienen que desplazarse a los bordes de la marisma o a los terrenos elevados que se encuentran en las proximidades.
En una tarde afortunada, ayudado por las mareas, descubrí como en los momentos en los que el influjo de la marea era mayor, decenas de pequeñas aves se concentraban en los bordes de una pequeña pista que cruza la marisma en dirección a la playa El Terrón. Al estar ligeramente por encima del nivel de las mareas y disponer en su bordes de abundante vegetación (retamas, acebuches, juncos, espinos), todas las pequeñas aves acudían allí para alimentarse mientras el terreno circundante permanece completamente inundado. Entre las especies que puede ver se encontraban las siguientes: Tarabilla común, Buitrón (conté al menos18 individuos en poco más de 500m!!), Cogujada común, Alcaudón real, Abubilla, Curruca cabecinegra, Lavandera boyera, Collalba gris, Collalba rubia, Papamoscas cerrojillo, Mosquitero común, y Pardillo común.
Como podréis imaginar, fotografiar las aves así resulta más fácil y algunas se confían y relajan su distancia de huida, como me ocurrió con esta Trabilla común. Si os fijáis, se trata de un macho que ya ha mudado a su plumaje de invierno, en el que se aprecian algunos cambios respecto al nupcial (plumaje más ocráceo en general, dorso menos negro y más mezclado con pardo, la macha blanca en los hombros y en la franja alar más reducida, etc.).


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