viernes, 28 de noviembre de 2008

Cuando se quiere, se puede



Cada año millones de Palomas torcaces llegan a nuestras dehesas procedentes del centro y norte de Europa en busca de su principal alimento: las bellotas. Aunque a primera vista puede resultar sorprendente, las poblaciones invernantes de Paloma torcaz se encuentran entre las mejor conocidas y estudiadas de nuestra avifauna, tanto a nivel de sus efectivos como de la dinámica de su comportamiento migratorio. Este exhaustivo conocimiento, que ya lo quisiéramos para otras especies de aves más amenazadas, nace del esfuerzo común de instituciones, colectivos y administraciones,..... un modo de trabajar que por desgracia que nunca parece ponerse de moda.
Desde 1997 se vienen realizando censos coordinados utilizando una misma metodología y en idénticas fechas en toda su área de distribución invernal, cubriendo todas las regiones de invernada del sur de Francia (principalmente en Las Landas), España (Extremadura, Andalucía, Madrid, Castilla-La Mancha y Castilla-León) y Portugal (Algarve, Alentejo, Beira y Ribatejo), así como las zonas tradicionales de paso por los Pirineos. En los censos participan miembros de las Federaciones regionales y nacionales de caza, agentes de medio ambiente, técnicos de las administraciones, voluntarios, etc.., logrando un admirable grado de fiabilidad en el conteo de todos los dormideros conocidos de la especie. Actualmente se dispone de 10 temporadas consecutivas de censos invernales, un grandioso esfuerzo que está permitiendo conocer la tendencia poblacional y los principales factores que determinan su distribución. Este trabajo se complementa con muestreos en las zonas de comedero para estimar la producción de bellotas de encina y alcornoque y poder así correlacionar la distribución y abundancia de palomas con la disponibilidad de su principal alimento. También se organizan jornadas de formación para instruir a los censadores en técnicas específicas de conteo (¿os imagináis tener que contar un bando de palomas como el de la foto, disponiendo tan sólo unos segundos para realizar una estima?).
Los datos más recientes corresponden a la invernada 2006-2007, en la que se controlaron un total de 138 dormideros (85 en España y 53 en Portugal) y se estimó la población ibérica en más de 4.240.000 palomas, de las que el 77% invernaron en Portugal y el 22% lo hicieron en España.
A la vista de los resultados, los autores de los censos consideran que la población parece experimentar un incremento progresivo, habiendo pasando de un máximo de 2,5 millones de palomas entre 1998 y 2000, hasta llegar a superar los 4 millones en los últimos años.
La disponibilidad de bellota parece condicionar en buena medida su distribución, seleccionando preferentemente dehesas y montes donde este recurso es abundante, pero también es determinante la presión que se ejerce sobre ellas en los dormideros comunales (hay dormideros que pueden acoger a más de 1 millón de aves!). Estos enormes bandos son sistemáticamente ahuyentados en aquellas dehesas donde la bellota es un recurso imprescindible para alimentar al ganado, ya que pueden llegar a ocasionar pérdidas económicas muy cuantiosas. En los tiempos que corren, la bellota es un recurso muy valioso y la garantía para obtener productos ganaderos únicos y de calidad. Por esta razón, las palomas son espantadas a tiros o con cohetes en los grandes dormideros para intentar reducir su permanencia en determinadas zonas. En función de las molestias y de la presión cinegética a la que sean sometidas (que en algunas zonas llaga a ser muy intensa), los grandes bandos se van desplazando por sus áreas tradicionales de invernada, principalmente en Extremadura, y van avanzado progresivamente hacía Portugal, llegando hasta la misma costa atlántica, a la altura de Setúbal.

Los resultados conseguidos con la Paloma torcaz en estos 10 años me parecen admirables y todo un ejemplo a seguir en cuanto a coordinación, metodología y eficacia. Demuestra que “cuando se quiere se puede” y que es posible afrontar proyectos de gran magnitud cuando sea aúnan esfuerzos e intereses. Por eso, no deja de llamarme la atención que no existan iniciativas similares para conocer mejor las poblaciones y la distribución de otras aves con graves problemas de conservación, para las que nunca se han planteado censos coordinados interregionales o internacionales. Saber que es posible controlar anualmente y durante una década una población de más de 5 millones de aves repartidas en un extenso territorio, hace difícil creer que aún no dispongamos de un seguimiento similar para algunas de nuestras especies protegidas más emblemáticas.

También aprovecho para expresar mi reconocimiento a Antonio Bea, biólogo y gran conocedor de las palomas, una de las personas que más se ha esforzado en la coordinación de estos censos desde sus comienzos. Con él tuve la suerte de aprender a contar palomas y de compartir el espectáculo del paso migratorio de estas aves en Extremadura y en los collados de los Pirineos (seguro que nuestro compañero Alberto Gil también guarda un buen recuerdo de esta experiencia transpirenaica!)

Podéis encontrar más información sobre los censos coordinados de Paloma torcaz en estos enlaces:

http://www.euskonews.com/0184zbk/gaia18403es.html (resultados de la temporada 2000-2001, ampliamente comentados)
http://www.fedecazagipuzkoa.com/not_det.asp?id=532 (con los datos más recientes: 2006)

Enlace a esta imagen en Fotonatura

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