viernes, 28 de noviembre de 2008
¿Una gaviota de toda la vida?
La Gaviota reidora es una de las especies más representativas de nuestras zonas húmedas en invierno, estando presente en toda clase de hábitats, ya sean costeros, fluviales, regadíos o incluso áreas urbanas. Sus poblaciones llegan a alcanzar cifras espectaculares en los basureros de las grandes ciudades, donde se concentran miles de aves atraídas por la abundancia de alimento. La Península Ibérica constituye una de las principales áreas de invernada de las poblaciones que nidifican en el resto de países europeos, cuyos efectivos muestran un incremento progresivo (se estima que ya superan los 3 millones de parejas) y una marcada tendencia a ampliar su área de distribución.
Después del invierno, sólo una pequeña parte de esa población permanece como nidificante en nuestras latitudes, alcanzado algo más de 5.000 parejas que se reparten ampliamente por diferentes zonas húmedas, destacando las colonias del Delta del Ebro, la Albufera de Valencia y Santa Pola y varias lagunas manchegas (Pedro Muñoz, Alcázar de San Juan) y andaluzas (Doñana, Fuente de Piedra), entre otras. Hay numerosas citas de intentos de reproducción que fracasan o que son irregulares, así como pequeñas colonias incipientes en varias localidades peninsulares.
Sin embargo, aunque pudiera parecer que se trata de una gaviota que forma parte de nuestra avifauna nidificante desde siempre, resulta que las primeras citas de reproducción se remontan al año 1960, descubriéndose una pequeña colonia de poco más de 20 parejas en la Isla de Buda en el Delta del Ebro, un hallazgo que debemos a los ornitólogos Salvador Maluquer y Arturo Sarró. Hasta entonces no existía constancia de su presencia como nidificante, si bien en los últimos 50 años ha ido colonizando gran número de humedales, aprovechando su capacidad de adaptación, pero también enfrentándose a los problemas que afectan a estas vulnerables zonas (desecación, contaminación, destrucción del hábitat, molestias humanas, etc.).
Me ha parecido interesante destacar este aspecto relativo al estatus de la Gaviota reidora en la Península ibérica, ya que sólo han bastado unas décadas para lograr que esta especie pasara de ser exclusivamente invernante a consolidarse como reproductora, colonizando con éxito nuevas áreas. En los años 60 este comportamiento no se asociaba a los perniciosos efectos del “cambio climático”, tan de moda ahora para explicarlo todo, pero sin embargo creo que es una necesaria referencia a tener en cuenta a la hora de interpretar objetivamente el dinámico comportamiento de las aves.
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